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ARTíCULOS RSE |
Las Empresas en la reducción de la brecha digital |
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Fuente: Fundación PROhumana La Brecha Digital es la separación que existe entre las personas que pueden y usan las tecnologías de la información como una parte rutinaria de su vida diaria y aquéllas que no lo hacen. La Brecha Digital puede manifestarse entre países o intrapaís. Sin embargo, frecuentemente y de manera inexacta, se utiliza este concepto para designar la diferencia entre lo que la tecnología puede y lo que no puede hacer.
Los factores que dan vida a este fenómeno mundial, aunque en ocasiones se reducen a una sola dimensión, incluyen el nivel de educación, el ingreso económico, la edad, la geografía, y en menor grado, la raza y el género.
Es un hecho que cada día surgen nuevos adelantos en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) y que también se incrementa la cantidad de información disponible en Internet. Pero también es real que la diferencia entre aquellos que cuentan con una computadora personal en su casa y que además tienen acceso a Internet, varía de manera importante en todo el mundo.
Es cierto también que aunque la industria de las TIC’s continúa con un gran crecimiento, estas tecnologías no estarán disponibles para todo el mundo en cualquier momento, en cualquier lugar y para cualquier persona en el futuro cercano. Es decir, es muy probable que si instituciones e individuos no nos preocupamos por que esa expansión tecnológica continúe y dejamos que grandes porciones de la población permanezcan desconectadas, la Brecha no se reducirá.
La brecha digital es una expresión de las desigualdades profundas existentes en la sociedad y requiere de acciones que respondan a una visión social que ponga las tecnologías al servicio del desarrollo. En este sentido, el vínculo con la responsabilidad social es importante. El desafío de promover una visión social de las TICs requiere reorientar los programas sociales, de un énfasis en conectividad a acciones destinadas a promover también uso y apropiación de las TICs. Esto quiere decir que los recursos humanos y económicos que se invierten deberán dirigirse a acciones que además de la disponibilidad de conectividad a precios razonables, y la capacitación básica en el manejo de herramientas. La empresa no sólo tiene un rol frente a la conectividad sino que también en el campo de la capacitación y de la entrega de herramientas necesarias para la utilización social de las tecnologías de la información. En este sentido la empresa debe trabajar en forma concertada con el gobierno y la sociedad civil, en la promoción de iniciativas centradas en el uso social de internet. |