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La Imagen Corporativa y la RSE |
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Fuente: “La gestión de la reputación corporativa en una economía global”. Extraído del artrículo de Antonio Gomis Sáez (2001). Ciclo de Otoño de Comunicación La evolución de la relación entre la sociedad y las empresas ha sido determinante para el surgimiento de la reputación corporativa como criterio de gestión empresarial. La reputación es la gestión de la imagen empresarial a largo plazo. En general se puede decir que la sociedad es cada vez más nconsciente del papel que puede jugar frente a las corporaciones multinacionales que se han desarrollado en la segunda parte del siglo pasado, principalmente aquellas que cotizan en mercados de valores y por tanto están sujetas a obligaciones legales de información. Este cambio ha implicado un vuelco a la cultura de las compañías. Las legítimas expectativas de los interlocutores de la empresa (accionistas, clientes, empleados, proveedores, comunidades) han dado lugar a un aumento en el peso de los criterios no estrictamente económicos en la gestión empresarial, y gradualmente la comunicación ha tomado mayor protagonismo en la vida de la empresa, al ser el vínculo entre una y otros.
La reputación corporativa se puede enfocar desde dos ángulos complementarios:
Es decir, concebimos la imagen como un concepto dinámico, cuya representación varía en el tiempo, y que debe representar el conjunto de los valores de la empresa, contribuyendo a la formación de su reputación. De este modo, la imagen es el mejor instrumento para gestionar y transmitir la reputación corporativa.
Es significativo el caso de las empresas que cotizan en bolsa, sujetas a obligaciones legales de información para sus, en principio, principales interlocutores, los accionistas. Hoy en día, la sociedad, a través de distintos grupos de interlocutores, espera que se le ofrezca información adicional también sobre temas no financieros y premia a la empresa que tiene un comportamiento transparente.
Por esto, en la sociedad actual la reputación corporativa es muy valiosa y se ha convertido en una de las condiciones para el éxito empresarial. Pero la reputación es no sólo una función de comunicación sino también y sobre todo, de “management”. Por esta razón la gestión de la reputación corporativa debe ser continua y consustancial a la empresa, como activo estratégico intangible que contribuye a la creación de valor y tiene un significativo impacto en la percepción de la compañía por el mercado y la comunidad en general (Hinoyuki Itauni – “Mobilizing invisible assets”, Harvard University Press, 1991) En resumen, podemos decir que la reputación corporativa es el resultado de la gestión de la imagen en el curso del tiempo, y su percepción a largo plazo. |