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![]() Cuatro voces frente al Calentamiento GlobalEn el marco del Congreso del Futuro, realizado recientemente en Chile, cuatro importantes invitados internacionales presentaron sus visiones en torno al Calentamiento Global. ¿En qué situación estamos? ¿Sirven efectivamente estos acuerdos? “Desde el espacio el planeta Tierra se ve como una esfera frágil, con una atmósfera muy delgada que protege la vida”. Con estas palabras comenzó su presentación en el Congreso del Futuro 2016 -organizado en enero pasado en Santiago- el doctor en Astronomía Chris Rapley (Reino Unido), para referirse a uno de los problemas globales que nos afectan: el llamado Calentamiento Global, un aumento observado en los últimos siglos de la temperatura media del sistema climático del planeta y sus efectos. El profesor de Ciencias del Clima en The University College London, y Presidente de la Agencia Espacial Europea (ESA), comentó que, si bien vivimos en una era con grandes avances tecnológicos, nuestra situación nos hace recordar la carta que envió el Jefe Seattle a los conquistadores del norte de América, donde se pregunta ¿cómo puedes vender la tierra, el aire o el agua? “El hombre no maneja la red de la vida, cualquier cosa que le haga a la vida se lo hace a sí mismo”, manifestó el doctor Rapley, quien actualmente es uno de los principales investigadores de Europa en cambio climático. El términos científicos, el aumento del calentamiento global es un hecho. En su quinto informe (AR5), el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló que durante el siglo XXI la temperatura superficial global subirá probablemente entre 0,3 y 1,7 °C en su escenario de emisiones más bajas usando mitigación estricta, y 2,6 a 4,8 °C para las mayores. “Estamos adaptados en forma imperfecta a este sistema que hemos ido creando”, comentó el doctor Chris Rapley en su presentación, e hizo mención a algunos avances que se han hecho en esa materia en términos diplomáticos, como el Protocolo de Montreal (1989) y el imperativo moral planteado por el Papa Francisco en su encíclica “Laudato Si” (“Alabado seas” en latín, mayo 2015). Aunque sin duda, uno de los grandes encuentros sobre este tema se vivió en diciembre de 2015 en la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21) en París, Francia. Ahí, los 195 países reunidos firmaron el primer pacto universal relativo al tema, fijando un límite a las emisiones de gases de efecto invernadero. En términos concretos, en el documento de 12 páginas se comprometen a reducir sus emisiones de carbono “lo antes posible”, para mantener el calentamiento global “muy por debajo de 2 grados C”. También se apunta a que se deben hacer esfuerzos para limitar el aumento de temperatura a 1,5 grados centígrados. “En la última cumbre de París finalmente el mundo estuvo de acuerdo con el cambio climático”, aseguró en su presentación en Santiago de Chile Connie Hedegaard (Países Nórdicos), Magister en Literatura y Artes y ex Ministra de Clima y Energía de Dinamarca. “Estamos empezando a crear conciencia (…) Podemos decir mucho respecto a ese acuerdo: si es suficiente, si es obligatorio, si es vinculante, pero todavía hay mucho trabajo que hacer para los políticos en los años venideros”, afirmó la Comisionada Europea para la acción climática. A juicio de la diplomática, si bien lo sucedido en la COP21 es extremadamente bueno, no todas las ciudades y empresas están avanzando en la misma dirección que los gobiernos. En esto enfocó su presentación, explicando que el punto de quiebre está en los mercados globales y la competencia: “En este escenario una empresa puede decir ¿por qué tengo que cambiar si mi competidor no lo está haciendo? A menos que uno crea que el mercado automáticamente va a resolver este gran desafío, vamos a necesitar un marco político”. Según Hedegaard, lo complejo de lograr estos acuerdos respecto a desafíos globales es que son débiles respecto a las fuerzas económicas. “El cambio climático es extremadamente complejo, porque se trata de desarrollo, de energía (…) Frente a esto, parece muy costoso hacer algo con respecto al tema, pero el precio de no detenerlo es mucho mayor”, aseguró la experta. Con respecto a este coste, el doctor en Ciencias Políticas Bjørn Lomborg (Suecia) manifestó en su presentación en Santiago que hay que ser cuidadosos al plantear las soluciones. “Como dato fundamental, el calentamiento global sí existe, es un problema hecho por el hombre, que va a tener un impacto significativo y negativo. En las Naciones Unidas han dicho que para el año 2050 el calentamiento global va a tener un impacto de entre el 0,2 y el 2 % del PIB mundial (…) Pero no es el fin del mundo, sino un problema que hay que abordar”, expresó. Basándose en la disminución de cifras de muertes generadas por efectos del cambio climático, el Director del Centro de Consenso de Copenhague y autor de los bestsellers The Skeptical Environmentalist y Cool It, aseguró que actualmente somos más eficientes en prevenir sus consecuencias. “Actualmente el mayor problema en términos de muertes es la pobreza en el mundo. Sí, hay que abordar el cambio climático, pero hay que tomar en cuenta la proporción del problema”, profundizó. Uno de los puntos más criticados del acuerdo de París es que el “cómo” lograr el objetivo planteado quedó a criterio de cada uno de los países firmantes. De momento, 187 de las 195 naciones participantes en COP21 han presentado planes de reducción de sus emisiones. Además, se estableció un sistema de apoyo a los países con menos recursos, manifestando la obligación de que exista ayuda internacional por parte de aquellos más desarrollados en términos económicos. En lo concreto, el compromiso es lograr que hasta 2025 que se movilicen 100.000 millones de dólares anuales. “Hay que ver lo que estamos realmente prometiendo. Hay que unir lo económico y lo científico (…) ¿Es un buen trato? La energía solar y eólica no nos van a dar las soluciones en el corto plazo, sin embargo vamos a gastar mucho dinero. Es decir, gastamos mucho y no sacamos ventajas… No es una idea muy inteligente. ¿Qué hacer? Las ciencias económicas nos pueden ayudar, nos dicen cómo hacer el mayor impacto al costo menor”, explica el experto sueco. Desde su perspectiva, la mejor solución sería aumentar el I+D en economía verde, para reducir sus costos. Con esto concuerda la doctora Hedegaard, quien considera que para que las energías renovables alcancen precios más competitivos es necesario recurrir a la ciencia. “Con París, los políticos y todos los gobiernos del mundo enviaron una señal. Sí, necesitamos mucha investigación, pero necesitamos tener también políticas que nos orienten. Tenemos que establecer las inversiones en la dirección correcta: en la dirección del siglo XXII”, expresó. En esta línea, existen ya múltiples iniciativas que trabajan para mitigar los efectos del calentamiento global. De eso precisamente habló en el Congreso del Futuro 2016 la doctora Vicky Arroyo (Estados Unidos), Directora Ejecutiva del Centro Climático de Georgetown, presentando ejemplos concretos como la reconstrucción tras el Huracán Katrina en Nueva Orleans, uno de los cinco huracanes más mortíferos de la historia de Estados Unidos. Bachelor of Science en Biología de Emory -doble licenciatura en Filosofía-, con una maestría en Administración Pública de Harvard y un Doctorado en Derecho de Georgetown, Arroyo comenta que hasta el momento han realizado cerca de 100 recomendaciones para hacer políticas más flexibles, fundamentadas en trabajos en terreno. “Si bien los permisos para generar soluciones preventivas basadas en la naturaleza son más difíciles de lograr, son las que funcionan mejor”, explica. Entre los ejemplos presentados están las aceras permeables que absorben el agua en caso de inundación, el uso de plantas nativas para decorar jardines y espacios abiertos en lugares secos, reutilización del agua en los hogares y techos verdes, entre otros. “La adaptación al cambio climático se trata de un cambio humano. No solo de infraestructura, sino de conducta”, aseguró la doctora Arroyo. En esto concordaron todos los expertos. Una opinión que resumen las palabras del doctor Chris Rapley: “Nosotros debemos incorporarnos al medio ambiente y no incorporar el medio ambiente a nuestras economías. Tenemos que ver este discurso como un gran tema que tenemos que desarrollar”. VÍA/CHILEGLOBAL
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