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Ciudad a prueba de futuro |
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Entrevista a Alejandro Gutiérrez arquitecto de Arup, lidera proyecto ciudad sustentable Dongtan. “Creo que el desafío del cambio climático es global y cada vez más palpable en cualquier ciudad de occidente u oriente. Por ello creo que los habitantes de las ciudades empezarán a exigir soluciones a los problemas tangibles, como la contaminación atmosférica en Santiago.” En una oficina en Fitzrovia, un barrio ubicado en el centro de Londres, trabaja Alejandro Gutiérrez, un arquitecto chileno que como muchos otros, vive fuera del país, tiene hijos pequeños, echa de menos a sus familiares y amigos, le gusta leer y jugar a la pelota, y se siente realizado con sus actividades en el ámbito laboral. Podría ser un chileno más que reside en el extranjero y que lo pasa bien con la vida que lleva, sin embargo, este hombre, titulado en la universidad Católica y master en Ciencias de la London School of Economics, es uno de los pilares a cargo de la construcción de la primera ciudad verde o sustentable del mundo: Dongtan, en China. Gutiérrez, que se traslada todos los días a su oficina en bus o bicicleta y que en su casa utiliza energía eléctrica de fuentes eólicas, trabaja para ARUP, una consultora internacional de planificación, ingeniería y diseño reconocida internacionalmente por su participación en importantes proyectos arquitectónicos en el mundo. De hecho, además de Dongtan, esta empresa está participando en obras tan significativas como la academia de Ciencias de California, el nuevo museo de arte Contemporáneo en Manhattan, y el Estadio y Centro Nacional de Natación para los juegos Olímpicos 2008. ARUP, a su vez, fue contratada a mediados del año 2005 por la Corporación de Inversión Industrial de Shangai (SIIC), una de las constructoras más importantes de China, para idear y llevar a la práctica esta eco ciudad, en un terreno de 8.400 hectáreas –poco menos de la superficie de la comuna de las Condes- cedido por el gobierno municipal de Shangai para ser cuidado en términos medioambientales. De esta manera, ARUP y Alejandro Gutiérrez, a la cabeza de un gran grupo humano, se grabó a fuego la idea de construir una ciudad “a prueba de futuro”, pensando en que el desarrollo y el crecimiento pueden darse de una manera diferente a la de hoy, es decir, de una forma inteligente, respetuosa, sustentable e integrada ¿a qué se refiere con ello? a que a través de una ciudad verde como Dongtan se puede demostrar que es posible desligar el progreso del impacto económico. Manos a la obra A fines del año 2007 comenzó la construcción de Dongtan o “playa del Este”, a unos 50 kilómetros de Shangai, en las riberas del río Yangtzé. El proyecto, que contempla tres fases, está planificado para concluir el año 2050, con medio millón de habitantes en la ciudad, es decir, el equivalente a la población de la comuna de Maipú, en Chile. La primera etapa, que terminará el año 2010 con 10 mil habitantes, 27 mil viviendas y 31 mil empleos, incluye parques urbanos, ecológicos e instalaciones para pasar el tiempo libre. la inversión en esta fase será de uS$ 1.000 millones. Existirán tres grandes barrios con edificaciones de baja altura –entre tres y ocho pisos- y de diverso tipo, como por ejemplo, casas pareadas, inmuebles semiaislados y también departamentos, privilegiando siempre, eso sí, aquellas habitaciones de mayor densidad. Habrá también viviendas sociales y otras que se venderán a precio de mercado. En un principio la planificación fue hecha con 40 viviendas por hectárea, ahora es con 75, lo que significa unas 240 personas por hectárea. El objetivo de esta densidad es generar eficiencia en la construcción y en la vida diaria de los habitantes, que podrán trasladarse a pie o en bicicleta. El hilo conductor del proyecto en términos de diseño es “más actividad, más gente, menos impacto”, como lo asegura Alejandro Gutiérrez, quien ha recalcado las claves en este sentido: que los habitantes de Dongtan puedan realizar sus actividades dentro de la misma ciudad, que se maximice el ahorro del consumo energético, y que se respeten los parámetros de construcción tradicionalmente aceptados en China. En lo concreto, la construcción y planificación de esta ciudad amigable se basa en el ahorro de energía. y ésta saldrá ciento por ciento de fuentes renovables ¿Cómo lo lograrán? Con la orientación de la ciudad respecto del sol y de los vientos; con la forma de estructurar la urbe, logrando que las distancias sean mucho más cortas que en un lugar convencional; con fuentes de energía renovables que permitan que la ciudad no tenga emisiones de CO2 o dióxido de carbono. ¿Será posible? al parecer, la creatividad de las cabezas pensantes de ARAP juega aquí un rol fundamental: utilizarán la energía producida por la cáscara del arroz. En vez de que ésta se queme en los campos, la llevarán a plantas de biomasa, donde el calor generado en la incineración se transformará en vapor y éste, a su vez, en electricidad. Un porcentaje menor de la energía provendrá del viento, del sol y de la digestión anaeróbica. Otro punto importante para conocer Dongtan es el procedimiento a través del cual esta ciudad sustentable podrá financiarse a través de los CERS –reducción de emisiones certificada- otorgados por la Convención marco de la Naciones unidas sobre Cambio Climático. El protocolo de Kyoto permite que proyectos como éste se apoyen en el mercado del carbón. Así, si Dongtan incurre en una reducción de emisiones, obtiene CERS, que se transforman en acciones vendibles en los mercados financieros globales. De esta manera, la primera ciudad verde del mundo podría obtener ingresos por uS$ 22 millones al año. La filosofía detrás de la ciudad verde Alejandro Gutiérrez, que en su vida cotidiana también se plantea incluso el factor de los viajes a China como algo contraproducente con la ética de su trabajo, cuenta que en conjunto con ARUP, hacen un esfuerzo para reducirlo. “Viajar en avión es claramente una actividad que tiene un impacto negativo en relación con el calentamiento global, por lo que estamos tratando de minimizar el impacto de esto, mitigando nuestros viajes y haciéndolos neutrales.” Esto –explica- a través del mecanismo de las compensaciones definido en el protocolo de Kyoto. y agrega además que la contribución que están haciendo con Dongtan será cuantitativamente mayor que las emisiones realizadas –por ejemplo, con los viajes- en el proceso de proyectar la ciudad. A simple vista, en la planificación de Dongtan, no se ha escapado ningún detalle. y es que detrás de lo concreto en la construcción de la ciudad -llámese departamentos, casas, sistemas de calefacción, iluminación, transporte, plan hídrico, cultivos, empleos, y todo el mar de variables que implica el proyecto- hay una clara manera de ver las cosas por parte de Gutiérrez. Él dice que la base de la propuesta se da en una plataforma donde se integran aspectos sociales, económicos, físicos y ambientales simultáneamente porque una ciudad no puede ser vista sólo como una construcción o meras relaciones económicas. Desarrolla así su idea de los llamados ‘círculos virtuosos’: “yo me refiero a hacer las cosas de una manera distinta cuando conectamos diferentes elementos o fuerzas motoras de un proyecto, que empiezan así a generar valor agregado.” y ejemplifica con la cáscara de arroz, en China. Sostiene que en el país asiático se generan 44 millones de toneladas al año y ése podría ser un problema. “para nosotros, en cambio, es una oportunidad. Tomamos una porción mínima, el 1% de eso, y lo utilizamos para producir energía en Dongtan.” Eso es para él un ‘círculo virtuoso’, el que un desperdicio pueda crear energía, empleo, calefacción y emisiones de CO2 que se usan para la horticultura; material particulado pesado para producir cemento, y electricidad para mover vehículos. Por eso, para Gutiérrez, una ciudad sustentable es aquélla en que la infraestructura física se transforma en una especie de guía para que los soportes social, económico y ambiental se desarrollen en el tiempo, y presionen, a su vez, para que la infraestructura física evolucione. Eco-ciudades: ¿Moda, utopía o desafío para el cambio climático? Entrando de lleno en el tema del calentamiento global, Alejandro Gutiérrez asegura que para él existen tres elementos importantes en este ámbito. El primero es que a estas alturas ya nadie discute que se está produciendo un cambio climático a nivel de la tierra. El punto es ahora cómo lo enfrentamos. El segundo elemento es que muchos gobiernos se están planteando ante el problema con incentivos económicos y eso ha hecho cambiar los negocios afines. El tercer tema, según Gutiérrez, dice relación, con ciertos mecanismos de autorregulación de valor a nivel del sistema financiero global, que deben encontrar un foco de atención, y ahora este foco es “lo verde”. Agrega que la gente aún no ha cambiado su mentalidad, “no creo que haya más gente convencida a nivel valórico-filosófico de que este tema es fundamental”. Los cambios para él no se están produciendo desde la comunidad, sino hacia la comunidad, y desde arriba, desde el nivel de los gobiernos. China, según el arquitecto, ha comenzado a tomar medidas en cuanto al calentamiento global porque, por una parte, siente temor de que un gran deterioro de los recursos agua y aire produzcan descontento social y, por otra, porque se ve como el nuevo Estados unidos del siglo XXI, y para eso, tiene que generar conocimiento, desarrollo y tecnología del futuro. Dices que China va a marcar tendencia a nivel de ciudades sustentables ¿Será que están dispuestos a sacrificarse por ellas más de lo que podría hacer un occidental? ¿Será replicable lo mismo en occidente, con otra cultura? Creo que el desafío del cambio climático es global y cada vez más palpable en cualquier ciudad de occidente u oriente. Por ello creo que los habitantes de las ciudades empezarán a exigir soluciones a los problemas tangibles, como la contaminación atmosférica en Santiago. Con ello se generarán presiones a nivel de los gobiernos para producir cambios en las políticas públicas. Adicionalmente creo que esto cambios provocarán oportunidades en el sector privado de prestación de servicios, tecnologías y procesos que no existen. Por ejemplo, sólo para el 2010, las proyecciones globales indican que las oportunidades de negocios en tecnologías limpias alcanzarán a los uS$ 800 billones. Cuando el sector privado vea las oportunidades reaccionará de manera creativa e incentivará –a través del marketing- a cambiar actitudes y percepciones culturales. El ejemplo más notable en Londres, por ejemplo, es que hace 10 años los buses públicos eran vistos como un medio de transporte para gente de escasos recursos, hoy andar en bus es “cool”, es decir, como una cosa buena desde el punto de vista de la eficiencia del uso del tiempo personal y de los impactos individuales sobre las emisiones. ¿Crees que esta opción sustentable podría quedarse en una moda pasajera, en algo como un “boom” del momento? Claramente no, ya que lo que veremos será un estrés en los recursos naturales y en los recursos primarios –como los alimentos- cada vez más agudo. Basta ver las protestas en Egipto, México y Haití, en relación con el alza en los precios de los alimentos básicos. Basta ver también la ola de calor que afectó a Europa en 2003, causando 35 mil muertes. Todos los modelos han pronosticado correctamente que el calentamiento global ha generado aumentos de las temperaturas promedio de la tierra, en cada hemisferio, y eso no cambiará en los próximos 50 años. ¿No crees que ciudades como Dongtan se pueden ver desde afuera como algo parecido a una utopía o al equivalente en este tiempo de “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley? Si, desde una perspectiva. pero lo que es relevante es entenderlo como un inicio o un ejemplo de un proceso radical de cambio de los modelos de diseño, construcción y operación de las ciudades, que permita reducir los impactos que éstas tienen sobre el calentamiento global. Las ciudades son responsables del 54% de las emisiones de gases invernadero. Si las ciudades no cambian y no ven oportunidades en este cambio, los problemas de sostenibilidad que tendremos en 20 años más serán básicos, como el acceso al agua, al alimento y a la energía requerida para cocinar. Alejandro Gutiérrez es evidentemente optimista. “Se puede, se puede -dice- hay que encontrar la voluntad política para cambiar los mecanismos de incentivos y de planificación territorial, los códigos de construcción y todo. De eso se trata, de eso se trata. Hay que cambiar creativamente y cambiar códigos”. En cuanto al caso de Chile específicamente, sostiene que el país tiene una ventaja comparativa gigantesca: “Es un país seguro, que tiene una economía estable y un gobierno relativamente estable, y al que lo único que le falta es tener un medio ambiente atractivo.” Desde su punto de vista, acá existe una mirada a corto plazo y una especie de inercia que lleva al país a estar muy alejado en el tema. “El cambio climático en Chile es una anécdota…es como ‘oye, mira lo que está pasando en el mundo’, y el mundo es una cosa en la que no estamos.” Para Gutiérrez, el trabajar en esto y el vivir en Londres son factores que lo han ayudado a cambiar sus propios patrones de comportamiento. “Venirme en bicicleta o en micro a la oficina, no me cuesta nada, venirme en auto, me cuesta un dineral y es una lata porque me demoro mucho más. Entonces no se trata de una decisión basada en la filosofía, sino de una decisión práctica y obvia.” Este arquitecto chileno, que quedará en la historia como uno de los líderes del proyecto de la primera eco-ciudad del mundo, cuenta que en Londres incluso a veces se va caminando hasta su trabajo porque no le queda tan lejos, y eso tiene que ver –aclara- con que las ciudades deben ser lo suficientemente compactas y mixtas para que la gente pueda hacerlo. “Eso es lo que está detrás de la falla del Transantiago y de Santiago, como ciudad. Las densidades y el nivel de expansión territorial al que se ha llegado ha sido tal, que ahora necesitamos de un sistema de transporte mucho más sofisticado…nos hicimos un autogol ¿no?” |
Basura Espacial: Contaminación alrededor de la tierra |
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Millones de desechos de satélites y cohetes fuera de uso y hasta cámaras o cepillos de dientes perdidos por los astronautas orbitan sin control alrededor de la Tierra. Esta basura espacial aumenta cada año, y supone un peligro creciente para las misiones de astronautas y los sistemas de satélites. De seguir este contaminante ritmo, en las próximas décadas será misión imposible transitar estas zonas, avisan los expertos. Por ello, las principales agencias espaciales desarrollan programas específicos para combatir y controlar este problema. Para mas información sobre este problema haz click AQUÍ |
Energía limpia para 4000 millones de personas en 2030 |
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La energía solar puede contribuir enormemente a las necesidades energéticas de dos tercios de la población mundial, incluidos aquellos que viven en zonas remotas, para 2030. Esta es la principal conclusión del informe Solar Generation 2008, publicado hoy por Greenpeace y la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA). Puedes encontrar mas información haciendo clic AQUÍ |
Libro “Integral Consciousness” |
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En esta ocasión queremos invitarlos a leer el libro “Integral Consciousness”. Aquí Steve McIntosh argumenta que la nueva perspectiva integral representa el próximo paso crucial en el desarrollo de nuestra civilización. De esta manera retrata la transformación integral del mundo y la forma en que puede realizar el cambio que queremos para nuestra sociedad. |
Ferexpo Energías 2008 |
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Bajo la premisa del fomento de energías renovables y oportunidades ambientales sustentables, Der Münchner producciones expuso durante el 25 y 28 de septiembre, diversos productos destinados al ahorro ambiental, donde se pudo apreciar de manera didáctica y entretenida productos desde una cocina solar hasta bolsos y mochilas cargadores de Notebook con energía solar. |
¿Comercio Justo? |
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¿Conoces el Comercio Justo?, ¿De qué se trata, cuál es su valor y utilidad? |