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![]() 5 consejos para reducir tu huella de carbonoNuestro estilo de vida, las pequeñas cosas más cotidianas pueden hacer una gran diferencia a la hora de polucionar el planeta. Tanto para bien como para todo lo contrario. La buena noticia es que mejorar nuestras rutinas es más sencillo de lo que pueda parecernos. De hecho, el principal obstáculo es la falta de concienciación. Una vez caemos en la cuenta de lo mucho que podemos hacer con pequeños gestos cotidianos, reducir nuestra huella de carbono resulta muy llevadero. ¿Pero, qué es exactamente la huella de carbono? Dando una brevísima definición, la huella de carbono es una sencilla forma de medir el impacto o la marca que deja una persona sobre el planeta en su día a día, ya sea mediante su actividad como a través del ciclo de vida de los productos que consume. Un impacto que se mide mediante el recuento de emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero. En el caso de la actividad humana, cuentan los medios de transporte que utilicemos, las compras que hagamos, los servicios que contratemos, nuestra alimentación, la reutilización o el reciclaje de nuestros desechos. Con respecto a los productos, el ciclo de vida mide el impacto ambiental, para la salud y huella de carbono que supone desde que se obtiene la materia prima hasta que se fabrica y recorre toda la cadena de producción y distribución. ¿Cómo reducir mi huella de carbono? De hecho, a menudo se comete el error de cuidar la huella de carbono en lo cotidiano para luego echar por la borda todo lo conseguido día a día tomando decisiones puntuales que suponen una tremenda huella de carbono que lo descompensa todo. 1. Viaja ecológico: bye avión Siempre que podamos hacer otros planes, algo sencillo cuando se trata de vacaciones, optar por otro medio de transporte será una manera sencilla de mantener a raya nuestra huella de carbono. A ser posible, el tren. 2. Desplazamientos a diario Lógicamente, siempre será mejor un coche híbrido que uno convencional o, puestos a elegir, nos quedamos con el eléctrico. Siempre ganará, eso sí, el coche de San Fernando, ese que nos hace avanzar un poquito a pie y otro andando. Como alternativas, la marcha o la bicicleta. Dependiendo de las distancias que debamos recorrer y de la facilidad o posibilidades que tengamos para hacerlas (carril bici, más o menos tráfico, polución, tiempo disponible, etc.) podemos usar la bici convencional, la eléctrica, el transporte público o, como mal menor, compartir coche. 3. Sé un consumidor responsable Las buenas prácticas como consumidor responsable están relacionadas, sobre todo, con las famosas tres erres de la ecología: reducir, reutilizar y reciclar. Tener como máxima este popular lema es una manera sencilla de tomar decisiones a partir del sentido común. 4. Come local y ecológico Además, estamos optando por una alimentación saludable y ayudando a cuidar el entorno, fomentar la biodiversidad, reducir la contaminación ambiental y promocionar la economía local. O, desde un enfoque más amplio, la economía colaborativa. También nos ayudará reducir la ingesta de carne, en especial la carne roja, por otro lado declarada potencialmente cancerígena por la Organización Mundial de la Salud. 5. Compensa las emisiones Cuando resulte difícil compensar la huella de carbono personalmente podemos invertir en proyectos ambientales que trabajan para reforestar el planeta o para promocionar las energías renovables, pongamos por caso. De este modo, contrarrestamos las emisiones de un modo solidario que, por qué no, también puede convertirse en un regalo inmaterial estupendo para personas con sensibilidad verde. En el día a día, compensar unos gestos por otros es muy interesante. Existen un sinfín de posibilidades para desfacer entuertos cotidianos. Por ejemplo, calculemos la huella de carbono, aunque sea de forma aproximada y demos una de cal y otra de arena para igualar la suma, es decir, para conseguir un estilo de vida neutro en carbono. Incluso podríamos plantar nosotros un árbol (los pinos piñoneros son una especie idónea) o iniciar un huerto bio, reciclar objetos de forma creativa para decorar nuestro hogar o hacerlo como actividad lucrativa. VÍA/ECOLOGÍAVERDE |