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Santiago postula al programa Acelerador de la Eficiencia en la Construcción de la ONU

La idea es que se sume a las ciudades donde se implementen nuevas formas de hacer negocios.

El desarrollo sustentable está generando una novedosa forma de hacer negocios, como quedó expuesto en el Foro Global de Crecimiento Verde (3GF) que se desarrolló entre los días 18 y 19 de junio en Santiago.

Esta nueva manera es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad: un trabajo en red, donde todos participan –actores públicos, privados y la comunidad-, no unos como sujetos activos y los otros pasivos. Un win-win como se llama en el mundo de los negocios. Pero no a toda costa, maximizando los resultados, sino que de manera pausada y metódica. Paso a paso.

El ejemplo más patente de esta nueva alianza es el Acelerador de Eficiencia en la Construcción (Building Efficiency Accelerator), iniciativa del programa United Nations SE4ALL (ONU Sustainable Energy for All), y sobre el cual expuso Clay Nesler, vicepresidente de Sostenibilidad Corporativa de Johnson Controls.

Nesler estuvo acompañado de Jesper Fersløv, embajador de Dinamarca, y de otras personalidades de Latinoamérica, pertenecientes a think tanks e institutos de investigación. La razón de tan variada presencia es que dentro de los próximos 18 meses, este programa escogerá 30 ciudades alrededor del mundo, donde se implementará esta iniciativa a nivel local.

Y de estas 30, cinco ciudades –de gran y mediano tamaño- serán objeto de un trabajo más minucioso. Durante el seminario realizado en la mañana, sonaron nombres como Santiago, Bogotá, Barranquilla, Lima, Sao Paulo, aunque la conversación dejó en claro una cosa: la saludable necesidad de que el programa se establezca no sólo en las megalópolis, sino que también en ciudades de tamaño mediano.

¿Y por qué Dinamarca? Porque allí nació esta idea de trabajo colaborativo, que se sacude el polvo de la meta típica de hacer negocios, a saber, la de maximizar los beneficios, y que por otro lado, demanda de los actores civiles una participación no pasiva, pues se deben autoimponer metas y ofrecer sus mejores herramientas y capacidades para cumplir con los desafíos.

Y con este foco, se iniciará el diálogo entre Dinamarca, las empresas aliadas, los gobiernos como el chileno, y los solicitantes en nombre de la sociedad civil, para decidir cuáles son esas 30 ciudades y esas otras cinco, donde se imprimirá el acelerador de eficiencia energética.

En concreto, ¿cómo actúa esta iniciativa? Nesler dijo que, para empezar, no buscan desarrollar nada nuevo, sino que recoger las buenas experiencias públicas, privadas y ciudadanas, imprimiéndoles velocidad, y de aquí al 2030 poder duplicar la eficiencia existente en cada caso seleccionado. Junto con esto, se aspira, también al 2030, a doblar la participación de las energías renovables en el mix de la energía global, y asegurar el acceso universal a las tecnologías modernas de eficiencia.

Hecho este diagnóstico con la ayuda de las empresas y ONGs participantes, de cuáles experiencias son verdaderos faros para el proyecto, es el turno de las ciudades. Estas se comprometen a realizar tres cosas: implementar una política pública y un proyecto demostrable que será anunciado en la conferencia COP21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) que se efectuará entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre próximo en París; segundo, las urbes deberán crear una línea de base de eficiencia energética que deberán lograr; y tercero, deberán llevar un registro de trazabilidad y comunicación del trabajo ejecutado, con el objetivo de compartir las experiencias.

Hermanados con las ciudades, las empresas, ONGs y las organizaciones internacionales contribuirán a definir las políticas públicas más adecuadas para destrabar la eficiencia energética, proveerán material humano experto y tecnológico a las ciudades y conectarán a éstas con financiamiento con la condición de que se trate de proyectos demostrables.

Ciudad de México

Ya hay cuatro ciudades donde el Acelerador de Eficiencia en la Construcción está operando: Ciudad de México, Milwaukee (EE.UU.), Toyama (Japón) y Varsovia. En Ciudad de México se hizo un gran evento el 19 de marzo, con la participación de 25 municipios, cinco gobiernos federales, 20 empresas, ocho entidades financieras y 21 consultores, intitulándose Acelerador de Eficiencia en Edificaciones en la Ciudad de México. Y ya hay cuatro grupos de trabajo multisectoriales operando.

El espíritu que anima esto, según explicó Clay Nesler, de Johnson Controls, es entender que las barreras para lograr los objetivos no son técnicas, sino que institucionales y de comportamiento de las personas. Y en segundo lugar, es fundamental comprender que las medidas que se tomen serán una inversión, no un gasto. Y lo ejemplificó con el trabajo que desplegó Johnson Controls en el emblemático edificio Empire State, de Nueva York. Allí se hizo una radiografía de este edificio otrora estrella, pero que se había convertido en un elefante enfermo. Hecho esto, Johnson Controls y la administración introdujeron innovaciones tecnológicas, que sin la participación activa de los usuarios del edificio habrían sido en vano.

Este trabajo en red posibilitó que la inversión en dinero se recuperara en pocos años. Y no sólo eso. Sino que además, y tanto o más importante, logró que los usuarios trabajaran en un lugar más amable, luminoso y con mejor ventilación, reduciendo el malestar y aumentando la productividad y eficiencia del trabajo.

VÍA/DIARIOPYME