El Congreso italiano ha aprobado una ley para desalentar el desperdicio de alimentos, el cual se estima que genera un costo de 12.000 millones de euros al año. La nueva normativa tiene como objetivo promover la entrega de alimentos con fines sociales y alcanza a productores, vendedores y particulares.
Una característica distintiva con respecto a la ley recientemente aprobada en Francia es que la italiana está enfocada en incentivar la recuperación de alimentos mediante la simplificación de la burocracia para los donantes, y la disminución en impuestos como el IVA o los que se efectúan sobre la generación de basura.
El plan, que el gobierno italiano denomina “Despilfarro cero”, busca generar conciencia sobre la idea de que es más conveniente donar que desperdiciar alimentos siempre y cuando mantengan los requisitos de higiene y seguridad.
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