Fuente: Adela Cortina (2001). CIUDADANOS DEL MUNDO. HACIA UNA TEORÍA DE LA CIUDADANÍA. Alianza Editorial, Madrid.
Según Adela Cortina (2001) para que exista una transformación interna del capitalismo exige que la concepción de la empresa, de los propios empresarios, los empresarios y el resto de la sociedad, cambie. Desde esta perspectiva la ciudadanía empresarial la empresa no se entiende como una máquina dirigida exclusivamente a la obtención del beneficio materia, sino que como grupo humano, que se propone satisfacer las necesidades humanas con calidad. Esta es la concepción de una nueva empresa de una empresa ciudadana.
Una empresa ciudadana es aquella en la que en su actuar asume responsabilidades como cosa propia y tiene una visión integrada con la sociedad. Este tipo de empresa es la que adquiere legitimidad social comportándose de este forma, genera credibilidad y capital social, y configura una cultura de confianza que traspasa a todos los actores de la cadena del negocio.
Para llegar a esta concepción de empresa tiene que existir un transformación en la cultura empresarial que abarca los siguientes aspectos, según Adela Cortina:
1) De la jerarquía a la corresponsabilidad
Transformación desde las relaciones de mando y obediencia a relaciones internas de corresponsabilidad.
2) Cultura organizativa
La empresas deja de concebirse sólo como una máquina generadora de recursos económicos y pasa a entenderse como una organización dotada de cultura. Un cultura organizativa ha de configurarse desde determinados valores éticos, que la sociedad ya comparte y que deben orientar el conjunto de acciones de la empresa.
3) Reconfiguración ética del mundo laboral
La empresa aumenta su propia complejidad, por lo que es preciso racionalizar las relaciones laborales , la cual debe racionalizarse desde una perspectiva ética.
4) Balance social
Este antiguo instrumento representa el esfuerzo por describir en informes internos o externos cuantos datos sean posibles sobre los beneficios y costos que la actividad empresarial acarrea –o puede acarrear- a la sociedad en un período de tiempo determinado.
5) Una concepción renovada de ética
Una ética aplicada al mundo de la empresa. Una ética que busca satisfacer el interés de todos los afectados por su actividad; no movida por una ética de la convicción, según la cual es preciso tomar ciertas decisiones por su valor intrínseco, sino movida por una ética de la responsabilidad.
La ética económica y empresarial exige que todos los afectados por la actividad empresarial sean considerados como “ciudadanos económicos”, cuyos intereses es preciso tener dialógicamente en cuenta en la toma de decisiones. Desde esta perspectiva se considera a todos los involucrados como interlocutores válidos, y también con la necesidad de potenciar los diálogos entre todos para desentrañar los intereses que son universalizables.