Por María Elena Sanz, Gerente de Personas y Sustentabilidad Grupo CAP y Fundadora de +Mujeres
Se ha instalado en la conversación el retraso que Chile lleva en la incorporación de las mujeres al mercado del trabajo con la consecuente pérdida de talento y competitividad que ello conlleva. Es un avance que la inclusión de las mujeres empiece a ser tema. Sin embargo, en la conversación prevalece la denuncia por sobre el comentario constructivo. Si bien es cierto que aún hay mucho por hacer, también son notables los esfuerzos de transformación que están realizando muchas organizaciones y como cada vez más, líderes empresariales están alzando la voz.
Creo que como en todo proyecto de cambio, para obtener resultados diferentes, hay que hacer cosas distintas, modificando las formas de trabajo, renovando las reglas de juego y los paradigmas.
Lo primero es revisar los sistemas tradicionales de gestión de talento, en las que la prioridad de la función de RRHH sigue siendo la administración de beneficios y la resolución de conflictos sindicales. Y en el mejor de los casos, si tenemos sistemas de gestión de talento instalados, aseguremos que están ayudando a promover a las mujeres, y que no estén contaminados por sesgos o descripciones de cargos obsoletos.
Otro aspecto a considerar son los programas de calidad de vida; debemos asegurar que estos fomentan las responsabilidades compartidas y que tengan presente que no sólo las mujeres, sino también los hombres, desempeñan roles más allá de su actividad laboral.
Por último, ponernos metas nos ayuda visualizar donde queremos llegar a tener un objetivo. Pero incorporar mujeres porque sí no tiene sentido alguno. La clave es entender cuál es el aporte real de las mujeres en nuestras organizaciones. Las mujeres al igual que los hombres contribuyen desde su individualidad. Eso es algo que no debemos olvidar en la premura de querer aportar a la inclusión. Es fundamental enfatizar además que las mujeres aportan diversidad no solo desde el género sino desde su origen, nacionalidad, formación, valores y capacidades individuales. Algo cambia cuando las mujeres se incorporan a los equipos; y si todavía no lo cree, le animo a hacer la prueba.
VÍA/PULSO